miércoles, 16 de abril de 2008

Las personas sí que son raras.... incomprensibles, o por lo menos, por mí.

De repente me vi llena de cosas que decir, que preguntar... y al enfrentarme al teclado (ojo que ya no es "hoja blanca")... las palabras ya no salían. Es la típica corriente de la conciencia... de un pensamiento a otro sin poder terminar el anterior, y llegando a conclusiones de temas completamente distintos al inicial.

¿Por qué es el hombre un ser tan inconsecuente? Nunca está conforme... consigue algo y ya busca otra cosa, y sigue así, sin entender que la verdadera satisfacción no la encontrará en cosas materiales.

Y esta búsqueda lo vuelve tan interesado, que olvida las cosas que realmente son importantes... este ajetreo diario, lo vuelve tan práctico... tan egocéntrico, egoísta... y finalmente solitario.

Es importante detenerse y preguntarse hacia dónde se va, con quién se está... ¿se comparte realmente con las personas? ¿No es esa una de las cosas más importantes en este mundo? ¿Estar realmente estando con alguien?

Siento que al abrirme al mundo, entró lo bueno junto con lo malo... y me reúso a creer esto malo. Qué bueno darme cuenta, eso sí, que las personas que sí forman parte de mi vida no son así....

Como una niñita pequeña que ve el mundo y se sorprende hasta por las cosas más simples... me siento yo. Me sorprende ver que esta genuina preocupación por los demás que siento, y que comparto con estas personas que forman parte de mi vida, es algo que muchas otras personas carecen. Me entristece darme cuenta de esto, pero de alguna manera me extraña que esto suceda. ¿Cómo es posible que espere esto de las personas? Siempre he sido partidaria de la libre expresión... cada uno puede ser como quiera ser... siempre y cuando, en su libertad, no comprometa la libertad del otro. Entonces, ¿cómo puede ser esto?

A lo mejor es porque tengo esta necesidad de satisfacer al prójimo... deseo que esta superficialidad de la gente sea algo transitorio y no se convierta en parte de ellos, porque desde el momento que eso suceda, perderán algo de humanidad y se volverán tan solitarios que será imposible llegar a ellos... a su corazón. Verán la vida, al mundo, desde un punto de vista individualista, ya no desearán el bien de nadie si esto significa dejar de lado el suyo.

Esta situación, que a lo mejor parece tan extremista, es fácilmente alcanzable si la gente simplemente se deja estar. Si no se detienen en algún punto de su camino a reflexionar acerca de lo vivido, de lo conocido. Y no sólo por ellos, sino también por sus seres queridos, sus amigos, su familia... Y aún más allá que eso, la gente con la que comparten su día a día. Si no se preocupan de ellos, ¡que los ven todos los días!, ¿de quién lo harán? Bastante más complejo es preocuparse de personas extrañas, de personas que uno no conoce, ni ha visto nunca, ni tampoco volverá a ver, y enfrentémoslo, en este mundo tan peligroso, da un poco de miedo hacerlo. Mirar al lado. Y aunque cueste, es bonito hacerlo, te da una sensación de paz, de alegría, de esperanza!!

Es por lo mismo que esta deshumanización en las personas hará que la persona humana se vuelva cada vez más solitario, y esto es perder un poco la inocencia... el deseo con el que todos nacemos de pensar en el otro, no porque algún día yo o algún ser que yo estimo se pueda ver en una situación complicada, sino por el simple hecho de que, como ser humano, deseo tu bien. Sólo si tú estás bien, yo puedo estarlo, porque eres una persona (y por lo mismo, con derechos y deberes).

Asique, bueno, eso propongo. Que día a día, poco a poco, las personas se preocupen, aunque sea un poquito, de otras personas. Realmente no tiene porqué ser algo tan complicado... como ejemplo se me ocurre algo bastante simple y a lo mejor un poco tonto: al manejar, de repente dejar pasar a esta persona que hace mucho rato está con su lucecita intermitente pidiendo cambiarse de pista. Realmente es algo tan simple, algo que no cuesta nada... pero que le quita la angustia a la persona que, por lo demás, tiene la tremenda fila de autos atrás esperándolo.

Comenzando por cosas así de simple, se llega a lo más complejo: otorgar esa sensación contraria a la soledad en las personas. Esa confianza de que, no importa lo que pase, "estoy yo acá". Y no lo digo sólo en las personas que más queremos, sino que también en aquellas con las que convivimos diariamente, pero no necesariamente establecemos una relación íntima (porque es simplemente algo imposible de hacer, no les puedes mostrar tu corazón a todos... porque se perdería sentido), y lo más importante, con las personas que nos han dado todo, nuestra familia.

Entonces, sí.... al fin la respuesta a una pregunta que me he hecho hace mucho tiempo... sí existen los actos desinteresados! Por lo tanto, deduzco que personas desinteresadas sí existen... que fue realmente la razón por la que me puse a escribir.

A todas las personas que forman parte de mi vida... que me conocen, han visto lo profundo de mi ser... todas Uds. caben en esta última descripción. A todos Uds. los quiero, y les agradezco por ayudarme a mantener esa chispa... esa inocencia de creer que el mundo, la naturaleza, la vida esconde cosas preciosas, y que debemos tener el coraje de ver lo feo para poder encontrar todas estos otros colores.

Mamá, papito!! (tú me has enseñado tanto... todo lo que soy, lo soy por tí... si somos iguales en tantas cosas!) Mis hermanos... Anita, Seba, Ale, Maureen, Yanira, Feli, mis abuelitos.... lo que soy es por Uds, a quienes les dedico el último párrafo!